El documento resalta la importancia de la inversión pública frente a la crisis climática, una problemática que afecta a todas las naciones a nivel global. Cada país enfrenta desafíos específicos, ya que su vulnerabilidad al cambio climático varía considerablemente. Por ende, una de las principales responsabilidades de los gobiernos es llevar a cabo una planificación adecuada e implementar medidas eficaces para mitigar los riesgos asociados con los desastres ambientales. Además, es crucial establecer metas climáticas respaldadas por financiamiento verde. Aunque las donaciones han sido tradicionalmente utilizadas, existen otras opciones como los presupuestos verdes, las financiaciones combinadas, entre otras. Estas estrategias permiten optimizar recursos, priorizar necesidades y realizar inversiones resilientes frente a los riesgos climáticos, lo que contribuye a una gestión efectiva a largo plazo.